lunes, 30 de marzo de 2009

No me lo podía creer....


Para ser sincera siempre me han gustado los animales, pero siempre me han dado cierto reparo los perros, aunque yo siempre he querido uno. Se que es una cosa complicada de creer, pero así era, como mis padres sabían que mis peticiones no eran muy firmes cuando pedía un perrito me traían una tortuga o un pajarito. La verdad que yo no era muy firme porque siempre he sido algo miedosa, pero todo se supera. Hasta que mi hermana empezó a pedir uno... yo no lo veía muy claro a lo primero, pero me acabó convenciendo, y la verdad que me alegro que así lo hicera.

Yo cuando veía a la gente que iba con sus perros por la calle, los hablaba me quedaba mirando y pensaba: "está un poco loc@" Sobre todo cuando veía a la tía de mi madre desviviendose por su pequeño caniche, era algo que no podía llegar a comprender del todo, tanto amor por un animal... no llegaba a comprenderlo, como he dicho antes siempre he tenido pajaros y tortugas, los quería y cuidaba, pero no era capaz de entender ese amor desmedido por un perro, y mucha gente no lo es hasta que no llega uno a tu vida.

Yo tube la inmensa suerte de que entrara en mi vida esa pequeña bolita canela de orejas largas y olor a leche, cuando la vi en ese cestito supe que mi vida no iba a ser la misma. Nunca podré llegar a entender del todo como algo tan pequeño y tan vulnerable se abre camino tan rápido en tu corazón y me mete tan hondo. Las dos primeras senamas de Dina en casa, la dueña de su mamá nos preguntó que si se la podía llevar un par de horas para que la pequeñaja mamara de las tetillas porque el veterinario se lo había recomendado para una mejor retirada de la leche, solo era una vez, pero cuando no veía a esa bolita en su cesto sentía como si me faltara un trozo de alma. Me levantaba muy temprano para estar a su lado, tardaba en acostarme para pasar mas tiempo con ella.

Ahora comprendo perfectamente la devoción que sentía la tia de mi madre por ese pequeño caniche, yo siento lo mismo por mi pequeña...

Cuando voy por la calle, hablo con ella cosas del tipo: "ahora vamos a por el pan" o "recuerdame que vayamos a la farmacia"... he visto como me ha mirado a veces la gente, pensarán: "mira la loca está hablando con el perro", pero me da igual. Mis amigos la mayoría no entienden que me tenga que volver a casa corriendo como una loca para sacar a mis peques, o que no me pueda ir de finde porque coincide que mis padres no están y no la puedo dejar con la vecina ya que para ellos es solo un perro, o cuando está malita no duerma prácticamente nada por estar pendiente de ella, o dejarlos plantados porque tengo que llevar a Dina al veterinario porque la he visto toser mas de la cuenta... Ya me han tomado por imposible mucha gente, incluso hacen bromas, pero me da igual porque para mí Dina es un miembro indispensable e insustituible de mi familia, a pesar que a los ojos de mucha gente no deje de ser un simple perro. P0rque la mejor recompensa a esos pequeños "sacrificios" que tienes que hacer por ellos, es cuando llegas a casa después de un día terrible y ves esos ojos sinceros, llenos de amor mirándote, moviendote su pequeño muñoncito, y en ese momento sabes que todo lo que puedas hacer por ellos es poco, ya que ellos lo harían por tí sin dudarlo ni un momento. Son amor en estado puro

1 comentario:

  1. Hola Dinna, perrita guapa, me encanta leer tu blog, pero esta entrada me ha gustado especialmente, porque también mi dueña me habla constantemente, por más que lea a prestigiosos psicólogos caninos que aseguran que no sirve de nada, ella erre que erre, pues no llega a preguntarme cada vez que vuelve a casa que ¿qué tal lo he pasado?... un día le voy a dar un buen susto y le voy a contestar. Un beso, guapa y sigue escribiendo que me encanta leerte.

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